CABO BLANCO
El trayecto hasta Cabo Blanco en un buen día es todo un espectáculo...maras, martinetas, piches, ñandúes y algún guanaco.
Un par de maras se pusieron a correr delante del auto, sin ganas de estresarlas las seguimos un tramo...¡¡¡corrían a 45 Km. por hora!!!
Inexplicablemente no se apartaban del ripio, unos cuantos metros más allá supimos por qué...su madriguera estaba en el margen derecho del ripio. Literalmente se zambulleron en la tierra, de repente la primera pega un bote y desaparece bajo tierra, la segunda acabó con el lomo haciendo de puerta.
Un ñandú andaba paseando un numeroso grupo de crías y los piches ese día estaban muy activos
Unas tranqueras más allá se empieza a vislumbrar la silueta del promontorio de Cabo Blanco. El sitio es espectacular y la vista desde la torre del faro se pierde a izquierda y derecha en dos playas interminables...Pero...si miran al frente... hasta Nueva Zelanda solo encontraríamos alguna islita remota, empezábamos a estar al Sur del Sur.
El trayecto hasta Cabo Blanco en un buen día es todo un espectáculo...maras, martinetas, piches, ñandúes y algún guanaco.
Un par de maras se pusieron a correr delante del auto, sin ganas de estresarlas las seguimos un tramo...¡¡¡corrían a 45 Km. por hora!!!
Inexplicablemente no se apartaban del ripio, unos cuantos metros más allá supimos por qué...su madriguera estaba en el margen derecho del ripio. Literalmente se zambulleron en la tierra, de repente la primera pega un bote y desaparece bajo tierra, la segunda acabó con el lomo haciendo de puerta.
Un ñandú andaba paseando un numeroso grupo de crías y los piches ese día estaban muy activos
Unas tranqueras más allá se empieza a vislumbrar la silueta del promontorio de Cabo Blanco. El sitio es espectacular y la vista desde la torre del faro se pierde a izquierda y derecha en dos playas interminables...Pero...si miran al frente... hasta Nueva Zelanda solo encontraríamos alguna islita remota, empezábamos a estar al Sur del Sur.
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