sábado, noviembre 25, 2006


PATAGONIA 07 – EN UN LUGAR DE PATAGONIA

DEDICATORIA

Esta entrega la queremos dedicar a la memoria de los siete trabajadores del barco Don Rosario G., muertos la madrugada del domingo 22 de octubre al naufragar cerca de las costas de Cabo Raso.

En un lugar de Patagonia...de cuyo nombre no voy a olvidarme...Don Miguel usted disculpe por la broma.

Casi equidistantes de las dos grandes urbes del Chubut, se hallan Camarones, el Cabo dos Bahías, Caleta Sara, La Isla de los Leones. Más al sur Bahía Arredondo y un lugar enigmático donde centenares de pilotos vararon allá por los noventa.

Atrás quedan mails, llamadas telefónicas y todo lo previo que uno debe hacer si quiere aprovechar bien el poco tiempo que tiene para visitar Patagonia.

Nuestro agradecimiento a Susana Sandoval que nos ayudó de una forma superior en todo el tema de logística. Y por supuestísimo debemos mandar desde aquí nuestro agradecimiento a Brígida Baeza, ya que ella fue quien encabezó la cadena de contactos que han hecho posible que esta primera visita, bien seguro no sea la última. Y felicitaciones a ella, Kyto y Ainara por el nacimiento de Nahía.

Una embarazadísima Brígida andaba buscando en la terminal de buses de Comodoro a “una pareja mayor”... ¿Brígida?... ¿Siii?...¡¡¡Pero que re-jóvenes son ustedes!!! contestó Brígida con una voz suave que armoniza a la perfección con lo agradable de su persona. Teniendo en cuenta que somos algo mayores que ella...Brígida, gracias por el piropo.

Nos acompañó al hotel (en el que trabaja su hermano Carlos), y estuvimos un buen rato charlando con ella. Mas tarde llegó Susana, fue el momento para poder expresarle en persona el agradecimiento por todo lo que nos había informado.

Cenamos con ella, mujer independiente y con gran iniciativa, conocedora de esa tierra que le gusta. Hablando encontramos muchos puntos (personas) de coincidencia ya sea de San Julián, Deseado, Bajo Caracoles o el Calafate...fue muy agradable, estar en Comodoro hablando de conocidos comunes como si Patagonia estuviera contenta de tenernos otra vez por allá.

La única pega, la comida, el vino y probablemente el cansancio acumulado (en tres noches no habíamos dormido más de 10 horas en total), me remataron y esos raviolis de espinacas y centolla tuvieron también un “viaje de ida y vuelta”.

Al día siguiente

La Ruta 3, cual arteria gigantesca nos llevó a Camarones

No diré nada nuevo, manejar por allá es en sí mismo un aliciente, si además no tienes prisa y estás de vacaciones el hecho de “moverse” es un autentico placer.

205 Km. por la 3 hasta Garayalde para luego desviarnos unos 80 Km. directo hacia la costa.


CAMINO A CAMARONES
Cada vez más cerca.

A Cabo Raso no pudimos ir (será en la siguiente visita), fue por culpa de lo mucho que hicimos en los lugares que en esos momentos teníamos a 35 y 71 Km. respectivamente.
Y en un viaje que se nos hizo corto llegamos a Camarones

¡¡¡Bienvenidos a un lugar muy especial!!!

La imagen de Camarones se asocia a la torre que se alza a la entrada del puerto de Camarones, nosotros hemos optado por otro “tipo de torre”

Al llegar fuimos a solucionar lo del alojamiento, genial lo bien que estuvimos en las cabañas del Indalo (el nombre evoca a un pueblo andaluz del que son descendientes los dueños). Resultó que hasta las cinco no había nadie así que nos fuimos al camping para tratar de ubicar a Jorge Kriegel, pescador y único del lugar que hace excursiones en una zodiac.

Entramos en el camping y una mujer estaba pitando un pucho en la puerta de lo que supusimos la oficina...Buenas tardes ¿el Sr. Kriegel?

Si, es acá pero ahora mismo no está, se fue a Trelew para arreglar lo del motor de la barca. Dijo que pasadas las ocho estaría de vuelta.

Lo que sigue a continuación no pasa todos los días, quien nos atiende es Silvia la señora de Jorge y mujer como la copa de un pino. Entramos en su casa, nos liamos a hablar, nos invita a mate, en fin...ustedes creen que si llegan a cualquier pueblo de Europa a los dos minutos estás sentado en la cocina de alguien...I M P O S I B L E.
Tras casi dos horas de charla con Silvia, quedamos en pasar a eso de las diez y nos fuimos, ahora si, a instalar en las cabañas.

Visto desde “casa” este fue nuestro primer atardecer en Camarones, por desgracia el Don Rosario estaba a punto de iniciar su última singladura.

Cenamos en el Viejo Torino (de otra familia con victimas del mar), llegamos algo pronto así que hicimos tiempo sentados en la “costanera”. De repente una liebre despistada se paseó ante nosotros, al percatarse de nuestra presencia salió rauda hacia la penumbra del atardecer.

Fíjense que llegamos a Camarones y en el hotel no había nadie, Jorge estaba en Trelew y cuando fuimos a cenar el cocinero no estaba listo...pero todo estaba correcto, una cosa llevaba a la otra, como dicen por allá,¡¡¡no se hagan drama!!!...¡¡¡quien se apura en Patagonia pierde el tiempo!!!

Tras la cena tuvimos el gusto de conocer a Jorge, apodado “El Ruso”. Jorge es otro de los personajes de los que hemos aprendido de la Patagonia y de algo más.
Llevábamos siete horas en Camarones y parecía como si hubiésemos estado antes allá y aquellas dos personas Jorge y Silvia, Silvia y Jorge ya fueran como viejos conocidos. Prueba de ello es que al despedirnos ya teníamos el primer compromiso social en Camarones, un asado dominical con ellos y sus amigos Moncho y Fernanda.

Me levanté pronto fui a por facturas, Camarones tiene “carácter”.

Es limpio y acogedor, al menos así me lo pareció...

Planeábamos ir a Cabo Raso, pero una invitación a un asado nunca se debe despreciar, puede ser muy interesante y esta vez acertamos.
Decidimos aprovechar la mañana para pasear por la costa en marea baja, mientras los chicos buscaban cebos para ir a pescar salmones o lo que caiga.

Luego nos dimos una vuelta por el pueblo donde tuvimos un encuentro singular.

La calle se les hacía pequeña, dos hombres de cierta edad y en estado de embriaguez ya a las doce de un domingo. Uno algo orondo, ataviado con sombrero se dirige hacia nosotros y nos saluda alargándonos su mano. Se presenta como yo soy tal, hijo de cual, salteño de nacimiento para servirles...quieren que les tome una foto...no se moleste gracias...no es molestia...gracias de verdad...bueeeno que tengan un buen día. Más tarde supimos que ¡¡¡acabábamos de conocer a Cabeza de Gato!!! Del que dicen se comió el gato del comisario.

Más allá, una vértebra descomunal (la foto no da la dimensión real pero pasa del metro y medio).

O un cartel con mensaje...

Para ellos, o mejor dicho...ese mensaje es para los adultos.

Y así se nos pasó la primera mañana en Camarones.

Jorge y Moncho ya andaban con los cuchillos a punto, Silvia y Fernanda de charla y Candela jugando con un gato.

Como presente aportamos un tinto de buen beber y un ejemplar para Silvia del Cinchando Pa’ No Aflojar. Fue un gusto oírla leer en voz alta algunos de los dichos, Silvia es artista y se notaba hasta en como los decía.

Con Moncho tuvimos una muy interesante charla del como se vive en Camarones. Nos contó de sus iniciativas y sin duda es un tipo con empuje, lástima que nos perdimos su fiesta de aniversario ¡¡¡había invitado a más de ochenta!!!

De cháchara hasta pasadas las cuatro de la tarde y la cosa acabó ¡¡¡en invitación de Moncho para cenar en su casa!!!

Esa tarde fue de las que vienen bien en los viajes, pudimos disfrutar del pasar de los minutos saboreando el hecho de estar en Patagonia, eso que tantas veces echamos en falta.
El Ruso dijo que pasaría a eso de las ocho, y cuando vino nos contó que en la radio hablaban de un naufragio “era el barco que estos días anduvo pescando acá en la bahía”.

En una de las fotos del día anterior casualmente captamos el Don Rosario G. a pocas horas del trágico suceso...vaya desde aquí nuestro modesto homenaje.

Durante la cena los partes de la radio eran anticipados por Jorge, “estos barcos están mal construidos, se dan la vuelta y zas...al fondo y ahora los pobres están a 60 metros”...y un rato más tarde el parte decía “se calcula que el casco está a unos 65 metros”. Ello nos hizo ver que Jorge sabía y mucho de lo que hablaba, y Moncho no se quedaba corto.

Pulpo a la provenzal, asado de vacuno y chancho, ensalada, buenos vinos, Moncho mostrándonos un video de su caballo de competición en una carrera en la que habría hecho falta foto-finish ya que ni los jueces se pusieron de acuerdo para decretar el ganador, a lo que Moncho tuvo que conformarse con un empate “técnico”...todo un mundo ese el de las carreras. La velada se fue alargando y al final nos dieron más de las cuatro...

Y al día siguiente nuestro viaje continuó... un viaje corto hasta Caleta Sara otro lugar del que será imposible olvidarse...pero esto viene en una próxima entrega.
Igualmente en otra entrega les contaré de nuestra segunda estada en Camarones adonde volvimos por un par de días más esperando poder navegar con Jorge...Continuará.

viernes, noviembre 24, 2006


PATAGONIA 07 – DÍA DE BUS
DE COYHAIQUE A COMODORO (Por Coyhaique Alto)

Nota preliminar:

Decirles que este fue un trayecto de ida y vuelta y las fotos, tiradas la mayoría con el bus en marcha, son igualmente de ida y vuelta

Tomen asiento...

...Aaallo, eeeja, aaaca...aaaagua... como canturreando mantras, iba un niño con la nariz pegada al cristal de la ventana. Su voz fue una de las “bandas sonoras” de un viaje de diez horas.
Puro ripio son los primeros 163 kilómetros hasta Río Mayo. Subir a Coyhaique Alto nos descubrió una zona que no habíamos visitado y que nos propusimos visitar a la vuelta (al final nos quedó pendiente)

Cruzamos fronteras, hitos humanos sin sentido en un lugar como la Patagonia.

En uno de los pasos fronterizos vimos como uno de los que allá trabajan, trataba a un hombre mayor rozando el desprecio y la mala educación. El citado tipejo no quiso, o no le dio la gana, abreviar los trámites al señor y de malas maneras le dijo que esperase su turno.

Seguimos el curso del Río Mayo entre las pampas del Chalía y del Pedreño. El bus no pasa de cuarenta así que para complementar la visión de esos paisajes leamos un poco...

En el interesante libro de Alejandro Aguado La Colonización del Oeste de la Patagonia Central, constatamos que esta fue tierra tehuelche, un poco al sur de estos parajes se encuentra la Reserva del Chalía. Muchas cosas se movieron desde el 1820, guerras entre tehuelches y manzaneros para al final ser todos víctimas en la llamada “Conquista del Desierto”...por ahí debió transitar Quilchamal con su gente

EN BUS

Dicen que Musters fue el primer blanco en pasar por estas tierras, todo lo que vino a continuación se resume, para los tehuelches, en exterminio y asimilación. Leo a Alejandro, sobre las teorías del concepto victoria o derrota que tenían los tehuelches, por desgracia la filosofía se diluye con el alcohol y desaparece con el sarampión y las balas.
Aaallo...aaca...aaajaro

El pequeño aprovechaba los compases de silencio de su partitura para echar una cabezadita, si observan la imagen aún estando agachado se quedó dormido.

Una vez despierto, al canturreo del niño se le añadió una segunda voz, la de una señora mayor. Su papel en el dúo que interpretaban con el nene consistía en lo siguiente:

A cada vez que el niño decía...eeeja...la señora respondía:

...siiii...ovejiiita...huuuummm ¡¡¡que riiiico asadiiito!!!

Fue un patrón que se fue repitiendo por largos kilómetros...eeeja...hummmm que rico asadiiito...

En la ruta, nombres antes leídos en los libros ahora estaban delante de nuestros ojos, Aldea Beleiro es el primer pueblo que encontramos una vez en Argentina, Alto Río Mayo, Centro Río Mayo (Ricardo Rojas) el mismo Río Mayo fueron paradas obligadas.

Sigamos leyendo a Alejandro:
Aldea Beleiro lleva el nombre de Rafael Beleiro llegado a la zona en 1910 para trabajar de empleado...en 1920 habilitó un comercio de ramos generales a cinco kilómetros de la por entonces Aldea Jara...en 1922 Beleiro construyó con troncos clavados a pique la primera escuela de la zona...

Emilio Loyauté, francés de buena familia, exiliado que allá por 1.896 se instala por estos parajes. De él hablan Steffens o el mismo Thomas Holdich...médico sin título, aventurero, bígamo, bolichero y comerciante, una vida de película.

Camilo Cayelli nació en Milán en 1874 y en 1894 emigra a Argentina. Cuatro años después el capitán del Villarino estando en Puerto Madryn, ante el decrépito estado de Camilo le dice a Hesperia (la esposa de Cayelli):
“Mire señora o usted desembarca a su marido acá o dentro de una semana se lo tiramos al agua”...así se inició la andadura patagona de uno de los primeros pobladores de lo que hoy es Río Mayo...Cayelli le compró el negocio al francés Layoute...les recomiendo lean este libro de Alejandro Aguado...sobre todo si al leer de Camilo, andan paseando por donde Camila.

Método para pasar el rato: o de cuando uno de los conductores del bus, (por cierto un hombre muy amable) empezó a repartir los papeles de inmigración.

Se dirige a la primera persona del bus: ¿su nombre? Domingo Benigno, responde el viajero y el tipo del bus empieza a repasar uno por uno los papeles hasta dar con el del tal Benigno. Más o menos unos tres minutos para esta operación. Seguí observando, segundo asiento del bus: ¿su nombre? Arcadia Descalza y nuevamente uno por uno repasó las más de cuarenta papeletas...tercer asiento... ¿su nombre? Boris Boris y nuevo repaso a todo el fajo.

¿Y el orden alfabético?...

Claro que al señor tiempo es lo que le sobra y de paso va haciendo amistades.

Un Personal Singular, los que manejaban el bus, vean si no esta foto que sigue.

Les cuento: Ponen una película en DVD, una de esas horribles películas gringas (curiosamente muy habituales en el repertorio cinéfilo de los buses patagones).

Si se fijan en la foto verán al tipo con media cara fuera de la pantalla, bueno, esto es porque a uno de los encargados del bus se le ocurrió aumentar el zoom de la proyección para que los de atrás ¡¡¡pudieran ver mejor!!!

¿Se imaginan una película vista así?

Por momentos los diálogos eran en off, ya que los actores habían desaparecido de cuadro, ¡¡¡Increíble!!! Por suerte el reproductor duró poco, dejando a la audiencia con dos palmos de narices.

Descendiendo hacia Río Mayo sobresalen los tejados verdes del destacamento militar, instalado allí por error ya que tenía que instalarse en Alto Río Senguer. Casualidad óptica... una desdibujada cara nos observaba.
El pueblo toma el nombre del río, a su vez bautizado en honor de Gregorio Mayo, secretario de Jorge Fontana. Los tehuelches lo denominaban Ayone “río empedrado.

Un puente, algo muy importante en Patagonia...este cruza el Mayo.
Estamos donde según Sepúlveda “la polvareda oculta las veredas...” y donde por cierto ya no suena música militar por los altoparlantes

La película buena estaba en la calle. De repente de una esquina aparecen galopando jinete, caballo y podenco. Corriendo como si acabaran de atracar un banco se dirigen raudos al taller donde el mecánico, acabando de redondear la broma, desaparece por un momento y vuelve armado con el palo de una escoba simulando disparar al jinete.

No sabía que los caballos también pasaran la inspección técnica de “vehículos”.
Y nuestro viaje continúa...a partir de Río Mayo 264 Km. de asfalto, la Sierra de San Bernardino en la distancia y detrás, el Musters, el Colhué y Sarmiento. Poco más adelante los picos de pato van insinuando que el mar “se está acercando”.

Aaaca, aaajaro,.... eeeja...

...hummm queee riiico asadiiito...

A medida que los kilómetros iban cayendo el pequeño nos fue tomando confianza y en Sarmiento ya lo teníamos entre nosotros, con tan mala suerte que había sido el momento en que el chaval “se dejó ir”. “Vení no molestés”, le decía su joven mamá. El nene llegó a donde su madre ¡¡¡peeero que es este olooor!!!...nos miró con cara compungida y nos pidió disculpas,“nooo por nada” le respondimos.

Entre lecturas, consultas al mapa y breves charlas con los compañeros de bus a eso de las ocho de la tarde llegó la hora del “solo” de la señora mayor, otro momento interesante de la banda sonora de nuestro viaje. La mujer se largó a canturrear a media voz (que no en voz baja) una extensa lista de pseudo-oraciones, una salmodia que si es aprendida, es bárbara la memoria que tiene la mujer...

...graaacias señor por habernos protegiiido en este viaaaje, poorque tú eeeres amooor y poorque taal y cuaaal, etcétera, etcétera, etcétera.
En realidad la mujer improvisaba y sin duda estaba en vena, fue como un Espiritual a la Patagona (debe pertenecer a alguna de esas iglesias que tanto abundan por ahí)

Como les decía este fue un viaje de ida y vuelta...

Unos días después, A la vuelta, pasamos del calorcito del Atlántico al frío y al “agua escarchada” de la Cordillera. Por suerte los trámites en los pasos fronterizos fueron más rápidos.

El recorrido fue el mismo, los empleados del bus eran los mismos, la película la misma y el zoom siguió ampliado. Además varios de los compañeros/as de ida también repetían la vuelta...pero el viaje “no fue el mismo”.

La vuelta nunca es igual que la ida, al menos en Patagonia.

domingo, noviembre 19, 2006


PATAGONIA 07 - REFLEXIONES

Lo primero que uno nota cuando vuelve de Patagonia afecta directamente al inconsciente. Son tres ausencias...La falta de luz, la carencia de espacio y la ausencia de silencio.

Ustedes se preguntarán ¿porqué 07?

No, no es un error...cero siete por ser nuestro séptimo vuelo y porque en realidad nuestra “nueva temporada” empezó el momento en que el avión despegó de Balmaceda.

Lo más fácil sería contarles este 07 a modo de diario de viaje...solución nada original y hasta peligrosa, así que dado que a ustedes el orden de los factores no les va a alterar el producto...descartado.

Pensarán “pues sí que empieza bien este”...

Y la duda sigue...

¿Empiezo por lo pequeño?

Con “juegos visuales”, momentos inesperados que uno se encuentra paseando por Patagonia. Podrían ser árboles de arena, pero son huellas del mar batiéndose en retirada, efímera obra maestra dejada por Neptuno en una playa muy redonda...Bahía Arredondo.

O les muestro lo enorme, lo que no cabe, lo que nunca es honrado por las fotos...

Será mejor sentarse un momento, recomiendo abrir la foto y tomarse un matecito para...

Para recordar cuando los días dejan de tener nombre...Por ahí podría venir “un buen argumento”

Un día puedo llevarles a un “puesto” remoto, especie de museo fantasmagórico donde las costillas de ballena adornan el jardín y donde las sorpresas se acumulan...

Para en un abrir y cerrar de ojos saltar con toda libertad “al otro lado de la Cordillera” para embriagarnos de todo eso que uno hecha en falta

Por si están cansados les invito a beber, confíen en mi no son piedras lo que han de beber es el agua que las cubre, agua pura y cristalina...simplemente esto. Este agua de efectos revitalizantes me ha a animado a subir a consultar a los sabios...

Arboles justo al límite... cual guardianes del bosque estos “viejos barbudos” atesoran el conocimiento de eras pasadas.

¡¡¡QUIIEEENNN SE AAAPURAAA EEN PAAATAGOOONIA...!!!

Claaaro, ahí está la solución.

Por lo tanto, sin prisas, sin calendario, sin orden cronológico así serán las entregas que vendrán.
Ya que no tenemos prisa, ¿Se apuntan a un viaje en bus?...nada mejor para iniciar un viaje por Patagonia...

miércoles, noviembre 15, 2006


PATAGONIA 07

Hola amigos, ya estamos de vuelta de un nuevo vuelo por nuestra querida Patagonia.

Mucho ha sido lo vivido y recorrido pero como siempre, una vez más, el tiempo pareció esfumarse. Mucho tenemos para contarles, todo vestido con nuevas imágenes que espero les gusten.

Tal y como les anticipaba este ha sido más que nunca un viaje de PAISAJE y PAISANAJE

PAISAJE
Les contaré de sitios hermosos que no son los lugares turísticos que muchos tienen en mente pero les puedo asegurar que son tanto o más fascinantes

Habrá tiempo para “pasear” por la 3, la 1, La Austral, diferentes nombres para los hilos de esa inmensa tela de araña de ripios que surcan la inmensidad patagona.

Esos hilos nos llevaron este año de Camarones a Puerto Yungay y en el camino a Comodoro, Coyhaique, Chile Chico, Cochrane, Tortel, Tranquilo...
Volvimos una vez más a ese lugar que desde el primer día nos tiene el corazón robado...

¡¡¡Al Chelenko!!!...y sus mil y un rincones

Les contaré de Caleta Sara y Cabo dos Bahías, de la gran alegría camélida que supuso para nosotros compartir con la extensa familia de guanacos que allá vive.

En esos mismos pagos observamos a los lobos haciendo surf y nos paseamos “solos entre pingüinos” mientras guanacos, choiques, skúas y petreles convertían ese rincón del planeta en una soberana muestra de VIDA

Fuimos a “flechear” (no teman, no encontramos ni una), allá donde los tehuelches descansan mirando al océano

Nos paseamos por las “Tierras de Tompkins”
Visitamos “la Veranada de los Vascos” y desde allí subimos a la meseta de los fósiles cumpliendo una deuda que teníamos pendiente

Con sol o bajo la lluvia, rendimos pleitesía al inigualable Baker y a este paisaje que igual desaparece victima del derrumbe de la inteligencia humana, que en aras de aquello que llaman “progreso” provoca la desaparición de sitios como este.
Visitamos un campo entre glaciares a orillas del Bertrand al que solo llegas navegando

PAISANAJE

Por suerte hay muchos humanos que todavía dignifican a nuestra especie, nunca como en este viaje el “factor humano” tuvo tanta intensidad.

Dado que sería muy largo, hoy no voy a extenderme en agradecimientos públicos a todas las personas que nos han acogido con una amabilidad extraordinaria. Algunos de ellos son ya nuevos “amigos patagones” pero todos sin excepción forman parte de esa (permítanme la expresión) Patagonia Nuestra.

Esas personas merecen de nuestra parte algo más que una simple mención en una lista de nombres que seguro marearía a nuestros seguidores y que en realidad acabaría sumiendo a nuestros personajes en el más injusto de los anonimatos.

Y no piensen que me olvido...también les hablaré de Perros

Así pues en adelante les contaré de:

“Veintiún días en Patagonia”

NOTA A UN COMENTARIO:
Matvi dice sentirse decepcionado...Matías “me ganaste por la mano” pero recibo tu decepción como un elogio.
EL GUANACO VOLADOR