viernes, diciembre 29, 2006


PATAGONIA 07 – TIERRA DE MARAVILLAS

Apreciados amigos de El Guanaco Volador les propongo un juego:

Suban a lomos de esa silueta, déjense llevar, cierren los ojos y a la de tres ábranlos.
¿Listos?...Unoo...Doos...y...Tres...aaaale hop

...¿Dónde estamos?

Les doy una pista, estamos mirando hacia el Este y en cuatro ocasiones hemos recorrido sus “costas”...

Vale, estamos navegando por Península...nooo, no es Península Valdés, en este mar no hay ballenas.
Ahí va otra pista: Les sugiero que se den la vuelta y miren hacia el Oeste

¿Ya se ubicaron?

Creo que si, aunque aún debe haber alguien despistado... ¿Un fiordo?...no exactamente... ¿¿¿???...Creo que este tipo nos está tomando el pelo...

Les aseguro que no les tomo el pelo, otra pista miren a su derecha

¡¡¡Miii Madre!!!

Oye Guanaco me estoy mareando ¿todo esto con solo darte la vuelta?

Así es querido amigo...y para rematar mira hacia el Sur

¿Ya?

Efectivamente amigos, el Chelenko, estamos cruzando el segundo lago más grande de Sudamérica, en plenos Andes Patagones ¡¡¡maravilla de las maravillas!!!

Es sobradamente manifiesta nuestra debilidad por ese lugar, por más que lo intente nunca conseguiré describir con palabras lo que uno siente al “estar dentro de ese paisaje”. En este blog hay un montón de imágenes de los rincones de ese inmenso lago que hemos ido visitando (y que seguiremos visitando) pero por fin esta pasada primavera cruzamos ese mar de agua dulce.

Ese día fue total, primero en el trayecto de Coyhaique a Puerto Ibáñez...

Nieve y hielo subiendo el Portezuelo, donde por fin el cielo empezaba a abrirse como avisando que el gran lago estaba cada vez más cerca

Al llegar el Chelenko se había engalanado.

Como pueden imaginarse la travesía de Puerto Ibáñez a Chile Chico es un espectáculo sin igual, me pasé las casi tres horas de travesía en permanente estado de admiración, todo parece “de otro mundo”....Esa visión del Cerro Pirámide, el ver como el lago se interna entre montañas en busca del Pacífico. Momentos que eran el preámbulo de diez días de Cordillera, de Ruta Austral de...

¡¡¡No hace ni dos meses estaba por allá y ya lo estoy añorando!!!
Cruzamos el lago y una vez en Chile Chico Danka Ivanoff y su esposo Hugo Duran nos recibieron con una cordialidad insuperable. En una próxima entrega les contaré de Chile Chico y nuestros anfitriones

Empezamos este juego con una imagen del lugar donde el Chelenko tiene mayor amplitud y vamos a despedirnos desde otro lugar emblemático. Ahí a la izquierda ese mar se precipita por el “desagüe” camino del “otro mar”.

Les emplazo a seguirnos, próximamente además de Chile Chico les contaré de la Austral, de Tortel y Yungay, de un francés con campo a orillas del Bertrand, de Coyhaique, volveremos al Atlántico...de todo lo que aún nos queda por hacer...

...Allá en la Patagonia.

PD: Vaya desde aquí el deseo de un buen año 07 para todos y nuestro agradecimiento a Mar y a Matvi por sus comentarios.

martes, diciembre 19, 2006


PATAGONIA 07 – HASTA PRONTO

Era un 24 de octubre por la tarde y recuerdo ese “momento” compartido con uno de los símbolos de esa tierra llamada Patagonia.

Muy a pesar de todo lo que uno anda acarreando con los años, aunque sea muy a lo lejos en algún lugar de nuestra memoria, quedan ecos de aquellos momentos de descubrimiento, del realismo mágico de la infancia, ilusiones más que perdidas...olvidadas
.

Dirán que exagero (y seguramente con razón) pero “en Patagonia” he rememorado esos momentos y esta foto sirve de testimonio de uno de ellos.

Perdonen, creo que me fui por las ramas...
Antes de despedirnos del Cabo dos Bahías queremos presentarles a unos cuantos amigos que gentilmente se brindaron a explicarnos de la vida cotidiana de un guanaco.

Esta bien podría ser la imagen de un guanaco sorprendido haciendo una travesura.Son animales fascinantes, su paso en “estéreo”, la expresividad de sus caras y su juego de orejas sugiriendo multitud de “estados de ánimo”.

Allá se nota que quien gestiona el terreno son ellos, mantienen el pasto en perfecto estado. Tiempo atrás no solo trabajaban para ellos ya que eran ropa, toldos, agujas, hilo y como no, alimento para estómagos no rumiantes.

Por lo tanto fueron “alimento” para una cultura, (no me extraña que pintasen guanacos en las piedras). Desgraciadamente los pintores casi desaparecieron víctimas de sus congéneres, quedaron los guanacos.
Los guanacos y su “cultura” alias comportamiento:
Eligen ciertos lugares para crear los llamados “revolcaderos”. Son ordenados, por ejemplo los grupos concentran sus excrementos en lugares concretos, los llamados “bosteadores” o algo así.

Gimnástica forma de aligerar la tripa y además de marcar territorio.

Entre los suyos comparten mesa, los grupos familiares son gentiles con las hembras solteras, ¿Les suena...porqué será?

Vaya usted a saber que le deparará la vida a este camélido adolescente, esperemos que su futuro no acabe en escabeche.

Por si acaso los hay que aprovechan el buen tiempo para dar rienda suelta al juego.

Ya les dije que en Caleta Sara el espectáculo está asegurado...esta pareja de jóvenes estaban justo enfrente de la entrada del Náutico donde en esos momentos la soledad propiciaba sensaciones únicas.

Pequeña broma:

Ese que asoma la cabeza tras las piedras preguntó... ¿oye Volador por qué usas ese nombre?

Le conté que hubo quien pensó que el Guanaco Volador era un pájaro, ya pueden imaginarse como se reían los guanacos...¡¡¡un pájaro!!!

“Ehh Volador, pero aún no me contaste”...

Se lo conté al oído (mucho me temo que a estas horas toda la colonia de Guanacos de Cabo dos Bahías ya está al caso) y entre risas me dijo:
“No te preocupes Volador, hasta Darwin cayó en la trampa”.

Aún nos quedaba la mañana siguiente y una sorpresa más ya que por unas horas fuimos los encargados del Náutico. Aldo, antes de partir raudo para Camarones para que le arreglaran la dirección de la camioneta nos dijo:

“Si salen a pasear dejen las llaves debajo la vértebra de ballena”

Será casualidad pero por Radio Deseado sonaba Larralde “diciendo” y mientras...los guanacos jugaban a pocos metros.

Salimos a pasear, ¡¡¡Y dejamos las llaves bajo la vértebra!!!

El Guanaco Volador

sábado, diciembre 16, 2006


PATAGONIA 07 – CABO DOS BAHÍAS
PINGÜINOS EN ACCIÓN

Como están comprobando, nuestra visita a ese rincón de Patagonia resultó de lo más interesante. Hoy toca pasear en un día radiante, vamos a la pingüinera que está ahí abajo.

La visita es una auténtica “inmersión en la naturaleza patagona”. A ello debió contribuir el hecho de que estuvimos solos, dos humanos rodeados de Patagonia en estado puro.

Estuvimos toda la mañana, observando la ajetreada vida de la colonia.

Unos descansando, otros emprendiendo viaje al agua

Este grupo de pingüinos entraba y salía del agua como una sinfónica ensayando un tutti vigoroso. Primero en negro y todos al agua...pasaban quince segundos y veloces sombras serpenteaban bajo al agua para...

Emerger súbitamente en blanco
O eran “ensayos” de huida, o realmente es que por ahí andaba algún depredador ya que fueron muchas las veces que esta operación se repitió

Desde ese mismo lugar vimos a los skúas en busca de oportunidades, mientras el “bobo” rebuznaba como avisando...
El lugar es desbordante, mires a donde mires hay espectáculo...360º de naturaleza en acción.

En frente el islote Moreno (colonia de lobos incluida) cerrando la enorme Bahía de Camarones y a nuestra espalda...

Pingüinos y guanacos descansando.

Sentados ahí observando el tiempo parece que se dilata...a pesar del viento.

Llevamos tres entregas hablándoles de Cabo dos Bahías, en la próxima los guanacos nos contarán de su vida y nos despedirán con un hasta pronto.
¡¡¡No dejen de sintonizarnos!!!

jueves, diciembre 14, 2006


PATAGONIA 07 – CABO DOS BAHÍAS

Dos días en dos bahías que bien podrían haber sido cinco, o veinticinco.

A propósito de carteles, estos que les hemos mostrado son reflejo de la zona, escuetos, casi tímidos al igual que sus guanacos, con pocas palabras hablan del lugar sin necesidad de alardes. Esta modestia es síntoma que aún hoy día el lugar pasa algo desapercibido, pero con quien lo visita su modestia se transforma en generosidad ofreciendo un espectáculo insuperable, consiguiendo que sientas parte de “su orgullo” al conocer algo AUTÉNTICO.

La costa de pequeñas playas, salpicada de islas y acantilados rocosos siempre vestidos de rojo, (al igual que en Punta Tombo), tiene un “remoto parecido” con nuestra costa si no fuera por los pingüinos, leones, guanacos, choiques, aves de todo tipo, desde rapaces al pato vapor compartiendo escenario con martinetas y piches, (lo que decía el cartel del otro día, ni más ni menos).
Bajemos del mirador para ir al Cabo, allá al fondo cerca de La Isla Leones.

Desde ahí hasta la Isla Sur de Nueva Zelanda solo hay agua...ni la fuerza de tres océanos puede con ese baluarte pétreo, sentarse ahí es toda una experiencia.
Esa primera visita en un día nublado y con el mar en calma nos deparó el espectáculo de los lobos jugando muy cerca de esa cresta de piedra.

Esa ola era el objeto del deseo de unos intrépidos nadadores, tobogán por el que...

Los siempre curiosos amigos se divertían.

Pueden imaginarse que disfruté como un enano acercándome todo lo que pude al agua. Esto de andar con “cazamariposas fotográfico” añade emoción al asunto, tienes que suplir el zoom que no tienes con la aproximación física.

Las fotos de los “surfistas” están tomadas desde ahí abajo.
Al día siguiente en el mismo lugar...la marea alta y “la batidora” funcionando habían escondido el tobogán de los lobos. A pesar de que la foto no lo muestra, en esos momentos dos corrientes chocaban ahí delante provocando lo que denominan la “batidora”. Cuanta razón tenía Jorge, “ir a Isla Leones es complicado”.

Nos paseamos sin prisas, dejándonos sorprender por la naturaleza virgen

Por un abrazo reptil

Por el Pato Vapor, el “no Volador” intentando lo imposible.

Y a continuación les invitamos a que nos acompañen a la pingüinera...
¿Se apuntan?

viernes, diciembre 08, 2006


PATAGONIA 07 – ENTRE GUANACOS
CALETA SARA - CABO DOS BAHÍAS

Puede que los guanacos supieran que aquellos días “ese que se hace llamar el Volador” iba a andar por allí.

Voy a pedirles un poco de paciencia ya que esos tres días dieron para mucho y esto va a ser largo.

Hoy les cuento “la primera impresión”, les invitamos a acompañarnos a ¡¡¡otra joya de Patagonia!!!

Con pocas palabras basta...este escueto cartel cumple a rajatabla con lo de “El que avisa no es traidor”

Un mes antes habíamos llamado a Comodoro para informarnos, Mara Capdevila nos atendió.

¿Mara?...Sí...

...Siguieron quince minutos de agradable e interesante charla intercontinental. Mara se sorprendió de que estuviéramos interesados en tan recóndito lugar, la puse en antecedentes de nuestra “pataneura” y quedamos en vernos en Caleta.

Un Comentario - Mira que hay nombres de mujer, pero la casualidad siempre añade un toque de su esencia. Casualidad es que al llamar desde el Mediterráneo para informarte de un lugar remoto de Patagonia como Caleta Sara...¡¡¡te atienda una Mara!!!
Para situarles, Caleta Sara se ubica dentro de la Reserva Cabo dos Bahías y en la misma Caleta es posible alojarse en unos barracones del llamado “Club Náutico”. Al estar en un área protegida, Caleta depara espectáculo asegurado.

Y aquí estamos...camino de Caleta Sara.

Cuando salimos de Camarones hacia Caleta el día estaba encapotado y lloviznaba. En el camino (un paseo de treinta y pocos kilómetros) ya vimos algunos guanacos. El paisaje sorprende, acostumbrados a la aridez de la Patagonia Atlántica esta zona destaca por el verde que confirma que esa zona es más “humeda” (y así nos lo confirmaron)

Llegamos donde el guardaparque, Alvarino Neira (más conocido por Bambino) nos atendió amablemente y nos indicó como ir a los lugares estratégicos.
Pocos metros más allá

¡¡¡Sorpresaaaa!!!

Señoras y Señores bienvenidos a ¡¡¡TERRITORIO GUANACO!!!

¡¡¡Nunca habíamos visto tanto guanaco junto!!!...y esto solo acababa de empezar.

Una broma, igual la tropilla se había reunido porque Bambino les avisó con el walkie “Chicos por ahí viene El Guanaco Volador”.
Parece que les causamos buena impresión ya que, tímidos, sorprendidos, jugando, revolcándose, usando el baño, ensayando juegos amorosos...así los pudimos observar en esos días. Estuvimos allá disfrutando del espectáculo hasta que la tropilla se fue retirando.

Asombrados por el recibimiento llegamos a Caleta Sara, al “Náutico”, donde Aldo Capdevila (el padre de Mara) nos recibió con gran cordialidad. (Esa noche, este recóndito lugar se convirtió en el lugar con más “marcha” en seiscientos kilómetros a la redonda).
Vamos a pasear para echar un vistazo al entorno.

Ese rincón de costa no tiene nada que ver con las habituales inmensidades del Atlántico Patagón. Caleta Sara es un abrigo natural donde el mar al ritmo de las mareas entra serpenteando mansamente por los diferentes rincones de la cala. Hacia la Izquierda queda el Náutico (las dos construcciones les sirven de referencia para la siguiente foto)

Bien protegido, a la izquierda asoma el Náutico. Allá atrás el mar se abre a la Bahía de Camarones.


Y desde ese mismo punto de vista, hacia la derecha la cala se pierde en territorio de guanacos y flamencos.

La costa rocosa es de un color rojizo y como les dije nada tiene que ver con Península o con las infinitas playas del Golfo de San Jorge

PATAGONIA 07 - CALETA SARA
En Caleta salir a pasear es sinónimo de encontrarte con guanacos, está claro que estás en su casa.
Una tarde tuvimos el más espectacular encuentro que uno pueda imaginarse...

Llevábamos rato ahí sentados, en silencio y medio escondidos al borde de la caleta tratando de fotografiar flamencos, quijotesca actividad con nuestra cámara, cuando...

...un rumor interrumpió el silencio y una tropilla de guanacos se presentaron al galope. Algo les debió asustar y otra vez la casualidad quiso que estuviésemos en el lugar adecuado en el momento oportuno. Disculpen la calidad de la foto pero así les vimos aparecer...llegaron corriendo hasta muy pocos metros de donde estábamos.
Por un momento ¡¡¡estuvimos a tiro de escupitajo!!!...estábamos todos sorprendidos, ellos y nosotros.

Al rato “casi” se acostumbraron a nuestra presencia y al final la curiosidad mutua “casi” superó a la timidez...solo casi.

Si la “primera impresión” es la buena, en Caleta Sara ese primer día fue ¡¡¡apabullante!!!

Y ahí no había acabado todo, la jornada se completó con una velada sin desperdicio...sigan atentos.
El Guanaco Volador