miércoles, diciembre 05, 2007


PATAGONIA – MATE CON EL ESPANTAPÁJAROS
Holaaa…

Ché Guana, ya era hora que te pasases por acá.

Hooola Espantapájaros, los guanas de Cabo dos Bahías te mandan recuerdos.

¿Cómo les fue el paseo de este año?

Con gusto aún andaríamos por allá, a pesar de aeropuertos, aerolíneas y quilombos con la nafta…

El Espanta levantó una ceja así como expresando una mezcla de extrañeza y contrariedad, dijo:

Vos sabés que no pude asistir a un congreso del Sindicato de Espantapájaros por culpa de lo de la nafta…

Ahora quien pone cara de extrañeza somos nosotros…¿¿¿un congreso de espantapájaros???

Nuestro sector anda revuelto…

No me digas…¡¡¡hasta ustedes!!!

Así son las cosas…quien no llora no mama. Pero y si cambiamos de tema…dale, cuéntame alguna anécdota

Bueno, voy a por la pava y nos tomamos unos matecitos…

El Patagonia reluce esta mañana de primavera-otoño. De la cocina llega un irresistible olor a pan recién hecho que se mezcla con el aroma a ciprés que desprende este lugar tan entrañable.

¿Y?

Mirá Espanta, hoy voy a contarte una de las que habrá quien no nos crea, aunque tengo una buena coartada…hubo testigos de un hecho realmente insólito.

Dale contáme:


A eso de las 16,30 llegamos a Pirámides…a las 17,15 ya estábamos listos para embarcar con Fernando.

Recuerdo su cara, al subir al nuevo y potente semirígido. Primero subió la Guanaca, la expresión de Fernando al verla era un claro “a esta la conozco”. Mientras, imagino andaba rebuscando en su memoria, vi como me miraba y…zas, nos reconoció.

Nooo, son ustedes

Nos saludamos con la franqueza de viejos conocidos, un par de besos de los que emocionan.

Los pasajeros asistían sorprendidos, Fernando les dijo: Les presento a dos adictos a la Patagonia…

Sobra decir que lo que uno siente en situaciones como esta es de las grandes cosas que te regala la vida.

Los primeros momentos de navegación…ahhh. Nos sentamos a paladear esos primeros minutos preludio de cinco intensos días. Amigo, no hace falta que te diga lo muy cerca de la felicidad que estábamos en esos momentos.


A lo lejos las V de agua pulverizada y las primeras siluetas de colas…

Oye Guana…¿Y si te dejas de poesía barata y abrevias?

Tranqui Espanta que ya llega la anécdota, sigo…

Pasados unos minutos…las primeras ballenas, un grupo de cópula interpretaba un abigarrado ballet acuático solo comprensible si estuviésemos bajo el agua, fíjate en esta imagen:


Tres ballenas, y en la foto aún faltan dos.

Se hace difícil tomar fotos, son imágenes que nunca darán la medida de lo que acontece en esos momentos…y menos de lo que sigue…

En pleno frenesí “ballenal”, un sospechoso olor flotaba entre nosotros. Los pasajeros empezamos a mirarnos unos a otros con recelo…Puaajj, quién habrá sido el guarro…

Fernando disipó nuestras dudas, dijo:

Este olor es de ¡¡¡pedos de ballena!!!

Ahhh, ya pensábamos que a alguno se le había indigestado el asado…

¿¿¿Pedos de ballenas???

Como lo oyes amigo de esparto, pero lo fuerte estaba por llegar…



Te dije que en la foto faltan dos ballenas, una de ellas andaba pasando por debajo de la barca y al emerger a estribor empezó a darse la vuelta…

Ohhh qué espectáculo,

En este caso la susodicha tenía toda la panza negra, enorme animal que casi en cámara lenta nos iba mostrando la barbilla, la panza…hasta el ojo.

Así que volvieron a ver la mirada de una ballena fuera el agua…

Espanta, no exactamente la mirada…era… ¡¡¡el ojo del culo!!!

Jaaa,ja,ja,ja explotó en Espantapájaros…

Aguarda que esto no acabó, de repente ese ojo empezó a vibrar, dos enormes labios a lo Mae West se abrieron y…treeeemendo y sonoro pedo…montones de metros cúbicos de pestilente aroma de naturaleza salvaje abrazaron todo el bote…La gente alucinaba entre arcadas.

Fernando exclamó: ¡¡¡Necesito dos cervezas para saber que estoy vivo!!!…jaaa,ja,ja y re ja.

Así que una ballena les soltó un pedo en plena cara…

Como lo oyes Espanta.

En otras ocasiones habíamos olido el aliento de las ballenas pero eso…

Eso fue una barbaridad, tremenda experiencia olfativa que trasciende más allá de la pituitaria, machacándote del estómago al cerebro. Una extraña mezcla de repugnancia y curiosidad por asistir a un hecho de lo más normal (tirarse un pedo) y a la vez extraordinario (si de pedos de ballena andamos hablando, claro está…)…

Dijo el Espanta:

Querido Guana, ya tenemos una cosa más que nos une, al menos en lo escatológico…

Tiempo atrás en este blog contaste de cuando un puma marcando territorio me meó encima, ahora yo puedo contar que al Guanaco Volador una ballena le soltó un pedo en la cara…ja,ja,ja.

Compañero, quedo admirado de cuan curiosas pueden llegar a ser las coincidencias.

El Espanta me alcanza la matera…

Gracias.

Sabes…voy a quedarme unos días por aquí, así aprovecho para saludar a los-las colegas del Patagonia.

3 comentarios:

paola dijo...

totalmente inesperado el final del relato! me reí mucho con la bienvenida que les dieron este año las ballenas!!!!!
gracias por compartir las fotos!
besos

L Mery dijo...

me sumergi un rato con este escrito... y la foto de a cocina... un regalo tambien. Un abrazote, L.

Matvi. dijo...

Pestilente y hermoso.