PATAGONIA – UN LUGAR LLAMADO DESEO
…Más aún, reconocerá el puerto por una roca alta que sobresale de la costa sur y esta roca se asemeja mucho a una atalaya…
Un pirata lo bautizó el 17 de diciembre de 1586…
No le dio nombre de Santo, le puso el nombre de su nave en prueba del etnocentrismo sajón…era Thomas Cavendish.
No fue el primero en pasar por ahí, pero si es el primero en dejar constancia de su paso…y con el tiempo el Puerto Deseo pasó a ser…el Puerto Deseado.
Puerto Deseado es un lugar extraordinario que no deben dejar de conocer. Sirven de introducción las palabras que escribió Francis Pretty, el cronista de la expedición de Cavendish. Escritas hace 421 años, describió la Roca Torre de la foto (mal llamada Piedra Toba) a la que denominó Wacht Tower.
En su relato comprobamos como aún hoy reflejan las bondades del lugar:
…Más aún, reconocerá el puerto por una roca alta que sobresale de la costa sur y esta roca se asemeja mucho a una atalaya…
Un pirata lo bautizó el 17 de diciembre de 1586…
No le dio nombre de Santo, le puso el nombre de su nave en prueba del etnocentrismo sajón…era Thomas Cavendish.
No fue el primero en pasar por ahí, pero si es el primero en dejar constancia de su paso…y con el tiempo el Puerto Deseo pasó a ser…el Puerto Deseado.
Puerto Deseado es un lugar extraordinario que no deben dejar de conocer. Sirven de introducción las palabras que escribió Francis Pretty, el cronista de la expedición de Cavendish. Escritas hace 421 años, describió la Roca Torre de la foto (mal llamada Piedra Toba) a la que denominó Wacht Tower.
En su relato comprobamos como aún hoy reflejan las bondades del lugar:
Encontramos aves que empollan sus huevos de manera similar a los conejos. Sus nidos son hoyos en la tierra, no pueden volar ya que en sus alas tienen solamente plumones…Notamos que había gran cantidad de ellos y tenían muy buena carne...
En la misma crónica Pretty figuran los datos geográficos recogidos por Thomas Fuller, master y piloto de la Desire:
…Reconocerá el puerto por una pequeña isla que yace al sureste de la boca del puerto y se sitúa a cuatro leguas…
Lo que aún no sabían es que ese Puerto Deseado iba a bautizar el río que ellos no alcanzaron a ver.
El Deseado enorme río que un buen día hará millones de años dejó de recibir los aportes del lago Chelenco, hecho que creó uno de los paisajes más hermosos de Santa Cruz (y miren que los hay).
Historia lejana, historia próxima…de cuando Cavendish llegó en 1586.
A pesar de los avatares de la historia pasada y presente, Deseado es un pueblo encantador con muy buena gente.
Aún no ha crecido en desmesura y sus calles destilan algo especial, recién hace pocos meses llegaron los semáforos, no se como explicarles…mejor vayan y compruébenlo ustedes mismos.
Hacía tiempo queríamos repetir estada en Deseado y por fin ese “deseo” se hizo realidad este pasado noviembre (tiempo ideal en lo que a fauna se refiere)
Cavendish llegó por mar, nosotros por el otro mar…el de tierra. El mar que cruza la Ruta 281 que sigue paralela a las viejas vías del tren.
Es un trayecto impresionante, hay una recta de 50 kilómetros en la que los espejismos se multiplican…todo parece ocurrir despacio, los autos se aproximan como en cámara lenta…los hitos kilométricos van cayendo como el lento degotar del agua… plop 150…plop 149…plop 148…
Nada más llegar a Deseado fuimos a saludar a Javier y Ricardo de Darwin Expediciones, dos Deseadenses que conocen ese lugar como la palma de su mano.
Son expertos kayaquistas, excelentes navegantes y además dos tipos recopados que aún disfrutan viendo las maravillas de su tierra, que aún se contagian del entusiasmo que sentimos los visitantes.
Con Ricardo volvimos a navegar plácidamente por la ría mientras las toninas nos obsequiaban con sus piruetas
Y con Javier y Annik vivimos la que ha sido la experiencia más sobrecogedora que nos ha deparado el Mar Patagón (hace dos semanas de eso y aún ando roto de espalda). Ese miércoles…miéeeeercoles, fuimos a la Isla de los Pingüinos y por unas horas el mar nos retuvo en esa especie de Arca de Noé…nos fue de un pelo de lobo marino que no nos quedáramos aislados, pero…no avancemos los acontecimientos.
Les decía que llegamos a Deseado a eso de las cinco de la tarde, nos instalamos y salimos a “pataperrear” hasta la hora de cenar.
¡¡¡Cenar en Deseado!!! es sinónimo de…El Pingüino, otra de las visitas obligadas. Hace cuatro años cada noche cenamos allá y este pasado mes se repitió el ritual. Walter sigue siendo tan amable como siempre, el asador domina la cocción del vacío (que no al vacío) como nadie y el dueño sigue haciendo gala de un sentido del humor excelente a la par que irónico, va un ejemplo:
Una mañana nos lo encontramos en el supermercado, mientras yo esperaba a la Guanaca el señor andaba pasando por caja…Agarró una bolsa llena de las carnes que iba a servir en el restaurante y nos saludamos mientras el se dirigía a la salida con paso acelerado…
Salió por la puerta derecha y como rebotando se dio la vuelta y volvió a entrar por la puerta izquierda. Dirigiéndose directo viene y me dice:
Con lo que pagué hoy por esto (la carne), el año pasado compraba la vaca entera y el ternero a sus pies…
Y sin más se dio la vuelta y emprendió nuevamente camino a la salida. Fue una escena de las Historias Mínimas de Sorín…
Historias, retomemos un momento tiempos pasados…
Gracias a Jorge Cis (cuarta generación de deseadenses) pudimos visitar los extraordinarios paisajes denominados Los Miradores de Darwin y aún más, pudímos conversar con alguien que conoce bien la historia
¡¡¡Que más se puede pedir!!! estar donde vivió Orqueque con alguien que respeta su tierra y más tarde visitar sus Tres Fontanas, precioso campo en el que por sorpresa vivimos varias escenas de la vida cotidiana del campo patagón.
En Deseado como en ningún otro lugar comprobamos el “Quien se apura en Patagonia pierde el tiempo”…
Les cuento dos ejemplos de lo que NO SE DEBE HACER si ustedes viajan a Puerto Deseado.
Caso 1 – Matrimonio de franceses despistados
Andaban en el Pingüino tratando de entender que era el lomo. Les hicimos de intérpretes y se estableció una cordial y breve charla…
Habían llegado esa tarde y solo estaban de paso ya que seguían viaje al Sur el día siguiente ¿¿¿???. Creían que Deseado “les venía de paso”…(vaya desinformación) y eso que andaban con la Lonely Planet. Debió ser en esa guía que leyeron sobre las toninas, les cuento lo ocurrido desayunando el día siguiente:
Viene el señor y observando la ría me comenta ¿Has visto los delfines?
¿Dónde?
Mira, allá se ve como suben por la Ría…mientras señalaba unas formas oscuras que efectivamente remontaban tierra adentro.
Disculpe Monsieur eso que usted ve son algas arrastradas por la marea creciente…aproveché para contarle que esa marea llegaba a entrar más de cuarenta kilómetros tierra adentro…
Va el señor y me pregunta si soy científico ¿¿¿¿????
No señor solo soy un simple aficionado a esta extraordinaria tierra que a cada lugar que voy me atrapa y me vuelve más curioso.
Este es un claro ejemplo de desinformación a todos los niveles, peeeero si me apuran tiene un pase…lo que no puedo compartir de ningún modo es el caso 2
Caso 2 – Pareja andaluza, el biólogo…mejor dicho ornitólogo, ella artista amante de la naturaleza.
Venían en bus desde el Chaltén e iban camino de Madryn (que no a Pirámides, primera pista pour connaisseurs)
Coincidimos en la visita a la Ría, habían llegado el día anterior a última hora. Charlando nos contaron la intención de visitar el Bosque Petrificado, a lo que les sugerí visitar también La Isla de los Pingüinos…
A la vuelta de la visita a la Ría, regresamos al centro de Deseado paseando con ellos. Gente muy maja pero, todo hay que decirlo, con ideas “demasiado fijas” e igualmente despistados
Es que me han contado que el Bosque…decía el…
Le contamos como iba lo de la visita (quinientos kilómetros en ir i volver, y les proponían salir a las 2 de la tarde…una locura)
Les insistía en que un ornitólogo no podía perderse la Isla de los Pingüinos…pero nada. Al final ni bosques ni islas, al día siguiente se montaron en el bus rumbo al norte, (andaban obsesionados con Bariloche por que un amigo les había dicho…)
"Quien se apura…" nunca tan bien dicho como en este caso
Espero que vuelvan alguna vez para comprobarlo…los franceses tienen medio pase pero ellos simplemente y dicho con todo el cariño “no merecen el perdón de un verdadero amante de Patagonia”…
¿Acaso merecería el perdón uno que trabaje dando conferencias sobre los impresionistas y pase por Paris sin conocer el Orsay, o un arquitecto que se gane la vida dando conferencias del gótico y que estando en la misma ciudad no visite la Sainte Chapelle?
Bueno, ustedes dirán mucho rollo pero…¿y que hicieron además de cenar cada día en el pingüino?
Vamos a ir por partes, primero les contaremos lo de la Ría, en otra entrada va lo de la Isla de los Pingüinos y una tercera será para los Miradores de Darwin…además de regalo les mostraremos imágenes de campo y como no…hasta un city-tour singular…
Decirles que los datos históricos de esta entrada los hemos sacado del libro Yo te Bautizo Puerto Deseado de Carlos A. Ferrari…otro de los recuerdos que nos llevamos de Deseado.
Preparen el colirio que hay para rato
4 comentarios:
Guanacos, sois artistas en el manejo del suspenso... esperamos tensados la continuación de esta sensacional historia, ¡ni qué decir de las fotos!
Esta entrada nos da una pista de la cantidad de material que han traído y como dice Matías le están trabajando al suspenso.
Increíble lo del ornitólogo.
La casona amarilla: ¿es la estación del tren?
qué divertidas las historias de los despistados... nos pasó algo parecido con una pareja de italianos en Bajo CAracoles, que buscaban un hotel más lujuoso por un dato que tenían. los mandamos a Lago Posadas a ver pinturas rupestres ...
las fotos, deliciosas!
Hola hermanito guanaco, seguim aquest bloc desde fa temps i cada vegada ens agrada més.Les fotos són exelents i els comentaris molt interessants.
Felicitats i cuide't molt.
Una foto única la última de la cua de la balena.
Mònica
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