viernes, noviembre 24, 2006


EN BUS

Dicen que Musters fue el primer blanco en pasar por estas tierras, todo lo que vino a continuación se resume, para los tehuelches, en exterminio y asimilación. Leo a Alejandro, sobre las teorías del concepto victoria o derrota que tenían los tehuelches, por desgracia la filosofía se diluye con el alcohol y desaparece con el sarampión y las balas.
Aaallo...aaca...aaajaro

El pequeño aprovechaba los compases de silencio de su partitura para echar una cabezadita, si observan la imagen aún estando agachado se quedó dormido.

Una vez despierto, al canturreo del niño se le añadió una segunda voz, la de una señora mayor. Su papel en el dúo que interpretaban con el nene consistía en lo siguiente:

A cada vez que el niño decía...eeeja...la señora respondía:

...siiii...ovejiiita...huuuummm ¡¡¡que riiiico asadiiito!!!

Fue un patrón que se fue repitiendo por largos kilómetros...eeeja...hummmm que rico asadiiito...

En la ruta, nombres antes leídos en los libros ahora estaban delante de nuestros ojos, Aldea Beleiro es el primer pueblo que encontramos una vez en Argentina, Alto Río Mayo, Centro Río Mayo (Ricardo Rojas) el mismo Río Mayo fueron paradas obligadas.

Sigamos leyendo a Alejandro:
Aldea Beleiro lleva el nombre de Rafael Beleiro llegado a la zona en 1910 para trabajar de empleado...en 1920 habilitó un comercio de ramos generales a cinco kilómetros de la por entonces Aldea Jara...en 1922 Beleiro construyó con troncos clavados a pique la primera escuela de la zona...

Emilio Loyauté, francés de buena familia, exiliado que allá por 1.896 se instala por estos parajes. De él hablan Steffens o el mismo Thomas Holdich...médico sin título, aventurero, bígamo, bolichero y comerciante, una vida de película.

Camilo Cayelli nació en Milán en 1874 y en 1894 emigra a Argentina. Cuatro años después el capitán del Villarino estando en Puerto Madryn, ante el decrépito estado de Camilo le dice a Hesperia (la esposa de Cayelli):
“Mire señora o usted desembarca a su marido acá o dentro de una semana se lo tiramos al agua”...así se inició la andadura patagona de uno de los primeros pobladores de lo que hoy es Río Mayo...Cayelli le compró el negocio al francés Layoute...les recomiendo lean este libro de Alejandro Aguado...sobre todo si al leer de Camilo, andan paseando por donde Camila.

Método para pasar el rato: o de cuando uno de los conductores del bus, (por cierto un hombre muy amable) empezó a repartir los papeles de inmigración.

Se dirige a la primera persona del bus: ¿su nombre? Domingo Benigno, responde el viajero y el tipo del bus empieza a repasar uno por uno los papeles hasta dar con el del tal Benigno. Más o menos unos tres minutos para esta operación. Seguí observando, segundo asiento del bus: ¿su nombre? Arcadia Descalza y nuevamente uno por uno repasó las más de cuarenta papeletas...tercer asiento... ¿su nombre? Boris Boris y nuevo repaso a todo el fajo.

¿Y el orden alfabético?...

Claro que al señor tiempo es lo que le sobra y de paso va haciendo amistades.

Un Personal Singular, los que manejaban el bus, vean si no esta foto que sigue.

Les cuento: Ponen una película en DVD, una de esas horribles películas gringas (curiosamente muy habituales en el repertorio cinéfilo de los buses patagones).

Si se fijan en la foto verán al tipo con media cara fuera de la pantalla, bueno, esto es porque a uno de los encargados del bus se le ocurrió aumentar el zoom de la proyección para que los de atrás ¡¡¡pudieran ver mejor!!!

¿Se imaginan una película vista así?

Por momentos los diálogos eran en off, ya que los actores habían desaparecido de cuadro, ¡¡¡Increíble!!! Por suerte el reproductor duró poco, dejando a la audiencia con dos palmos de narices.

Descendiendo hacia Río Mayo sobresalen los tejados verdes del destacamento militar, instalado allí por error ya que tenía que instalarse en Alto Río Senguer. Casualidad óptica... una desdibujada cara nos observaba.
El pueblo toma el nombre del río, a su vez bautizado en honor de Gregorio Mayo, secretario de Jorge Fontana. Los tehuelches lo denominaban Ayone “río empedrado.

Un puente, algo muy importante en Patagonia...este cruza el Mayo.
Estamos donde según Sepúlveda “la polvareda oculta las veredas...” y donde por cierto ya no suena música militar por los altoparlantes

La película buena estaba en la calle. De repente de una esquina aparecen galopando jinete, caballo y podenco. Corriendo como si acabaran de atracar un banco se dirigen raudos al taller donde el mecánico, acabando de redondear la broma, desaparece por un momento y vuelve armado con el palo de una escoba simulando disparar al jinete.

No sabía que los caballos también pasaran la inspección técnica de “vehículos”.
Y nuestro viaje continúa...a partir de Río Mayo 264 Km. de asfalto, la Sierra de San Bernardino en la distancia y detrás, el Musters, el Colhué y Sarmiento. Poco más adelante los picos de pato van insinuando que el mar “se está acercando”.

Aaaca, aaajaro,.... eeeja...

...hummm queee riiico asadiiito...

A medida que los kilómetros iban cayendo el pequeño nos fue tomando confianza y en Sarmiento ya lo teníamos entre nosotros, con tan mala suerte que había sido el momento en que el chaval “se dejó ir”. “Vení no molestés”, le decía su joven mamá. El nene llegó a donde su madre ¡¡¡peeero que es este olooor!!!...nos miró con cara compungida y nos pidió disculpas,“nooo por nada” le respondimos.

Entre lecturas, consultas al mapa y breves charlas con los compañeros de bus a eso de las ocho de la tarde llegó la hora del “solo” de la señora mayor, otro momento interesante de la banda sonora de nuestro viaje. La mujer se largó a canturrear a media voz (que no en voz baja) una extensa lista de pseudo-oraciones, una salmodia que si es aprendida, es bárbara la memoria que tiene la mujer...

...graaacias señor por habernos protegiiido en este viaaaje, poorque tú eeeres amooor y poorque taal y cuaaal, etcétera, etcétera, etcétera.
En realidad la mujer improvisaba y sin duda estaba en vena, fue como un Espiritual a la Patagona (debe pertenecer a alguna de esas iglesias que tanto abundan por ahí)

Como les decía este fue un viaje de ida y vuelta...

Unos días después, A la vuelta, pasamos del calorcito del Atlántico al frío y al “agua escarchada” de la Cordillera. Por suerte los trámites en los pasos fronterizos fueron más rápidos.

El recorrido fue el mismo, los empleados del bus eran los mismos, la película la misma y el zoom siguió ampliado. Además varios de los compañeros/as de ida también repetían la vuelta...pero el viaje “no fue el mismo”.

La vuelta nunca es igual que la ida, al menos en Patagonia.

3 comentarios:

Matvi. dijo...

No sólo sarampión, alcohol y balas, Guanaco. El célebre Cacique Mulato, a quien el gobierno le había adjudicado en concesión 10.000 hectáreas para ganadería, ante la amenaza de ser injusta y abusivamente expropiado, logró viajar a Santiago en 1905, entrevistándose con el Presidente Germán Riesco, de quien sólo logró palabras amables (era un caballero). A su regreso murió de viruela, el Cacique Mulato y toda su familia.

Anónimo dijo...

Hola, buscando y buscando por la red información llegue hasta tu blog y di con una histoia que cuentas de Emilio Loyaute que creo que puede ser familia mia, y me gustaria saber algo más o de como obtuviste la información, Gracias.
Un saludo

El Guanaco Volador dijo...

Hola anónimo, la información la obtuve del libro La colonización del Oeste de la Patagonia central de Alejandro Aguado

Gracias por la visita