domingo, marzo 11, 2007


PATAGONIA – LA ESENCIA DE LA DUDA

Emulando a mi abuelo, que de ser guanaco bien podría ser el del retrato, dejen que les cuente un cuento acerca de un ser legendario inspirado por una foto, la foto de una casualidad en Patagonia.

Pido disculpas anticipadas por este ejercicio de “divagación”.
He de confesarles que a simple vista no llegamos a verlo, fue por la noche en Caleta Sara, cuando andábamos revisando las fotos tuvimos la enorme sorpresa de contemplar una silueta inesperada, no eran un Milodón ni un Unicornio, era...

¿Lo ven?...
Un momento que les acerco el bicho...

Ahí está, el rarísimo Choique de dos Cabezas.

Palabra de honor de que no es un montaje, la casualidad quiso hacer aparecer de la nada a este “choique siamés de tres patas”.

Dice la leyenda que a pesar de tener dos cerebros es el animal más tonto de la tierra, cosa que paradójicamente le salva la vida.

Les cuento de su curioso comportamiento con los humanos:

Como buen choique, ante la amenaza opta por poner pies en polvorosa. El problema es que por culpa de su miedo a los de nuestra especie, sus dos cerebros no se ponen de acuerdo, cada uno va por su cuenta tratando de dar órdenes a las patas de tal modo que durante varios minutos se queda parado pateando pero sin moverse del sitio. Para los antiguos habría sido muy fácil de cazar (de ahí le viene lo del más tonto, aunque en realidad hoy día es el segundo...)

Progresivamente sus piernas se revolucionan levantando una enorme polvareda que acaba escondiendo al animal en una nube marrón. Parece que del esfuerzo finalmente uno de los cerebros entra en crisis y mientras uno de los cuellos se desploma desmayado, el segundo cerebro toma las riendas del cuerpo para salir cual rayo escupido por una nube de tierra.

En el imaginario representa “la esencia de la duda” y lo cierto es que nadie se atrevía a cazar al Choique de dos Cabezas ya que la creencia era que al morir el espíritu del animal se adueñaba del cazador...


...condenándolo a vagar por las llanuras de Patagonia con la mente perdida pensando eternamente hacía donde ir.


En una cueva allá por Santa Cruz fotografiamos esta pintura, autorretrato de un artista poseído por el espíritu del Choique de dos Cabezas.
Cuentan que sin querer cazó a un Dos Cabezas, según los compañeros de cacería cuando el artista comprobó su error profirió un grito estremecedor, se levantó con la vista perdida y desapareció. Se le vio vagando desde El Río Negro hasta Güer Aike y aquí y allá iba pintando esas extrañas figuras que generalmente acompañaba con...

...esta pisada de choique, la firma de ese “Van Gogh Tehuelche”.

Para los Chonque de la época la visión del Choique de dos Cabezas era una señal, como un aviso personal y directo para quien lo observaba. Cada cual lo interpretaba según su criterio, a veces era advertencia sobre alguna conducta equivocada, a veces un aviso de hechos futuros.

Creencias, supersticiones...espero que capturar su fugaz imagen no sea otro de los modos de cazarlo, ya les dije que fue por casualidad ¿se lo dije, si?

Eestoo...hummm...¿Que hago?

¿Cuelgo esta entrada o no la cuelgo?... ¿La cuelgo, no la cuelgo?... ¿la cuelgo, no la cuelgo?... ¿la cuelgo, no la cuelgo?... ¿la cuelgo no la cuelgo?...
El Guanco Volador

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