viernes, marzo 23, 2007


PATAGONIA – VOLANDO ENTRE GLACIARES

Les dejé en Cochrane explicándoles algunos motivos para conocer Patagonia.

En un tramo muy “pequeño” en lo que a dimensiones patagonas se refiere, (entre Cochrane y el desagüe del Chelenko) las maravillas se acumulan en una genial sinfonía de naturaleza.

Hoy en les propongo una aventura magnífica, volar entre glaciares, momento culminante de esa sinfonía.

¿Les apetece?...Abróchense los cinturones que despegamos.

Las fotos de esta entrega son de dos vuelos realizados por las inmediaciones del Campo de Hielo Norte. De las fotos que ilustran esta entrada unas son escaneadas del vuelo que efectuamos el año 2002 con Mark en una hidroavioneta. Las otras son en digital (año 2003) y corresponden al vuelo que realizó nuestra amiga Zoraida de los Andes que ese año nos acompañó en el viaje. Este segundo vuelo fue con Willlie Stone, en un avión más potente y a mucha más altura, lo cual nos permite otra perspectiva de lo mismo, cosa más que necesaria en este caso.

La primera foto es del glaciar Colonia, y nos muestra la “vía de salida” que tomó Mark en nuestro vuelo del 2002.
Les cuento un poco estas fotos, aunque debo decirles que aún hoy día me resulta imposible ubicar correctamente loa “accidentes geográficos”, si bien en ambos casos el vuelo se inició dirección al San Valentín

Este paisaje no tiene parangón, las tres lenguas que confluyen en el Leones con el San Valentín a nuestra derecha configuran uno de los lugares más espectaculares que se pueden visitar en Patagonia

Lo vimos desde el aire y años después tratamos de llegar andando...tratamos. Esta imagen es del vuelo en la hidro, un vuelo “rasante” que nos ayuda a apreciar la caída del glaciar central.

Un humano ahí es una hormiga, y que me perdonen las hormigas...


Realmente hubo suerte ese día ya que Mark pudo pilotar su máquina entre ventisqueros.

Durante el vuelo (probablemente la experiencia más alucinante que he vivido nunca) vimos las consecuencias del Hudson en forma de glaciares “negros”, así como un montón de lagos y pequeños glaciares que denotan el retroceso de los hielos patagones. Basta que se fijen en el “cinturón de roca desnuda que han ido dejando cual señal, “hasta aquí llegaba cuando era joven, de eso hace...”


Encaramos el Colonia y tras esa curva...


Como si de un gigantesco ripio de hielo se tratara iniciamos el descenso por ese tobogán...


Hasta el frente del glaciar

En esta foto se aprecia la perfección del trabajo del hielo que al retirarse deja visible su obra


Aquí se ve el campo de hielo buscando una salida para desparramarse

Y otro más
En la entrega anterior les hablaba de motivos, con solo esto que están viendo en esta entrega habría motivos para años (al menos para este que escribe)

Les propongo que comparen esta imagen del 2002 con la primera de esta entrada, si amplían la foto fíjense en el iceberg, en un año ¡¡¡como cambió!!!

El vuelo siguió, primero hacia el Saltón, luego remontando el Baker y El Bertrand para, en el caso de la hidro “alagunizar” en Laguna Negra. En octubre hará cinco años y aún hoy siento la emoción, es lo que tiene esto de estar atrapado por Patagonia.

Bueno amigos, esta vez eso que les proponemos en nuestra cabecera de “volar por Patagonia” fue real.

Como quien conduce un ciclomotor, así pilotada Mark su hidro...con una mano agarrado a una barra de la cabina en plan relax y con la otra manejando el “timón” desprendía la seguridad de la experiencia.

En esas que Mark me tocó el hombro y me dijo “mira”...Miré, un cóndor se paseaba ante nuestras narices. Seguramente vino a ver quien era ese pajarraco metálico que para volar necesitaba armar tanto escándalo...pueden creérselo o no pero les aseguro que es cierto.

El Guanaco, al menos por una vez...volador.

7 comentarios:

Beatrice dijo...

solamente cabe decir "maravilloso"

patagonialink dijo...

Una muestra más de la inmensidad Patagónica y su conmovedora biodiversidad… No obstante, ser una “maravillosa” imagen, no refleja cabalmente -a pesar de su espectacularidad- la majestuosidad de los paisajes de nuestras tierras australes…
Ni imagen virtual ni marketing turístico. La realidad supera con creces a la imaginación del forastero, que asume con incredulidad la existencia de un territorio tan poco intervenido y mágico como este, y cuya dimensión real solo se puede apreciar en toda su dimensión, in situ…

Anónimo dijo...

Un vuelo realmente mágico

Noesperesnada dijo...

Siempre es grato para un patagonico disfrutar la mirada que la guanaca tiene de nuestros paisajes

El Guanaco Volador dijo...

Hola Julián, gracias por volver a visitarnos.

El Guanaco Volador dijo...

Hola Alberto, imagina lo grato que es para nosotros recibir las palabras de un patagónico desde Patagonia

Gracias

Pame Recetas dijo...

se siente el amor que has puesto en estas fotos y en los comentarios. Gracias, muchas gracias