sábado, junio 23, 2007


PATAGONIA – VIDA DE PERROS

Llegué a Patagonia con mi amo…

Era buena gente, nunca me pegó, me alimentaba muy bien y fuimos buenos compañeros durante el tiempo que estuve con él.

Esa tarde de domingo recordaba las “mil y una noches” en las que el amo, embriagado por líquidos de profundo olor y creyendo que le entendía, me contaba de una tierra al Sur del mundo llamada Patagonia y me prometía que iríamos juntos a recorrerla.

Y ya lo creo que la recorrí, aunque no fue con él…

Era un tipo muy voluble y su ánimo subía y bajaba sin explicación aparente (nunca acabaré de entender a esa especie que nos considera sus mejores amigos pero luego nos abandona). Y este fue el caso, el amo se enamoró de una peruana rica y a mi me dejó tirado en una estancia perdida allá en el Chubut….cosa que, paradojas de la vida, he de agradecerle .

En Patagonia conozco perros a los que admiraré eternamente, allá aprendí de la dignidad de ser can y como les dije la recorrí de cabo a rabo (nunca tan bien dicho).

Les presento a algunos de mis amigos de los que algún día les contaré más extensamente.

Este es Parche, buen amigo, compañero de “expediciones” y alguna que otra travesura. Esta fue una tarde de paseo a un ventisquero del Cordón Contreras.

Hay seres a los que al mismo instante de conocerles sabes que “algo” nos unirá (al menos entre perros), Parche es prueba de ello.

Aquí les muestro el momento justo en que (tras varios días atado), soltamos a mi buen amigo. Nunca se me olvidará se reacción…salió raudo a beber agua del Bertrand…casi lloré de emoción


Como casi lloré (pero de dolor en los oídos) al oír los ensayos de esos “tres tenores” con los que pasé una temporada allá en el Jeinimeni. Buenos chicos pero ¡¡¡la música no era lo suyo!!!


En La Indómita Trapananda de Nancho vive La Negra, gran dama canina.

Desgarbada, increíblemente inteligente, increíblemente perra. El de atrás era un pretendiente pero la Negra estaba demasiado atareada.

Quienes hayan conocido animales como ella estoy seguro convendrán conmigo que “hijo de perra” más que un insulto podría ser el mejor de los elogios.


Este es uno de los “mancos” y vive allá donde los Landero…dije mancos en plural ya que eran dos a los que les faltaba la misma pata.

(*) En la entrada Perros del Agosto del 2006 lo pueden comprobar ya que colgué una foto en la que sale el otro “manco”

Podría seguir contándoles de amigos caninos, de baños en Pirámides, de correrías entre pingüinos, de la época de “guía turistico” en el Chaltén etc… pero…

Volvamos a los primeros tiempos de mi llegada a Patagonia, a los tiempos de mi “estancia” en la estancia del Chubut donde tuve que aprender a marchas forzadas, mis congéneres no se andan con bromas “allá en la Patagonia”.

El trabajo era duro pero tuve la enorme suerte de caerle bien a Justo (uno de los puesteros)…El Europeo me llamaba, lo que provocaba las mofas de mis compañeros…

¡¡¡Che por ahí anda ese con nombre de periódico!!!.

Para corresponder al cariño de Justo me apliqué en aprender a costa de alguna que otra pelea por “marcar”, o de dolorosos rasguños de matojo persiguiendo liebres para demostrarles a humanos y canes que puede que no sea patagón, pero si perro.


Una sola vez atrapé una liebre…fue estando en “el puesto” pero…

Ni los lametones de reconocimiento de los colegas apagaron la inmensa sensación de asco que sentí…(aún ahora recuerdo el crujido de se columna entre mis dientes). La dejé a los pies del caballo de Justo…descabalgó satisfecho….¡¡¡qué les pareció el Europeo!!! dijo a los demás perros.

Empezaba a anochecer y esa liebre daba vueltas sobre el fuego bailando su última danza antes de ser devorada…¡¡¡Vení Europeo tomá!!!... Justo me ofreció el hígado servido en una lata como plato…¡¡¡gran honor para un perro!!!

Con mi hocico empujé el “plato” hacia sus pies, como devolviéndoselo…Justo me miró perplejo…¿preferís una espaldita?...y se repitió la operación…

¿Y que te pasa a vos perro?

Me salió del alma…aullé como nunca había hecho…un único y largo aullido me salió de lo más adentro.

¿Pero vos sos un perro o que sos?...¿Tenés remordimientos?...¡¡¡por una liebre!!!...vigila chucho que estás en Patagonia, masculló mientras me echaba una mirada compasiva.

Ahí, aunque no lo crean, fue cuando me gané definitivamente el cariño de alguien que tenía mucho para dar (su vida nunca le permitió demostrarle a nadie lo buen tipo que era).


Los días con Justo en el puesto, a pesar de las duras caminatas fueron también “Días de Ocio y Aprendizaje”. Parecía como si Justo supiera lo que me convenía aprender para andar por esa tierra…

Habría hecho lo que fuera por Justo…menos cazar….ya lo dijo Billy Wilder…¡¡¡Nadie es perfecto!!!


No cazaba pero colaboraba con gusto en las labores de campo…aprendí a sentirme a gusto andando empapado y lleno de barro, a controlar a las ovejas con autoridad pero con cierto respeto (un poco al estilo Babe ja,ja,ja) y Justo reconocía mi trabajo con un sueldo en forma de comida y porque no decirlo un cariño especial…(en la foto uno de los colegas está allá al fondo entre los matorrales precisamente persiguiendo una liebre)

En las noches estrelladas pucho en ristre mientras saboreando lo que el llamaba Cartoné Sauvignon apuraba el brick de tinto, Justo me hablaba, me contaba de su vida y solía cantar canciones de campo. Recuerdo que una de esas noches me dijo:

“Perro, ¡¡¡si pudieras hablar!!!...si me pudieras contar de esa Europa de la que viniste, de las lindas señoritas de los cabaret de París, de esas catedrales que vi una vez en un libro…”

¡¡¡Ironías de la vida!!!...Pobre Justo…¡¡¡qué chasco se habría llevado!!!

De hablar le habría contado que más de una vez me había meado en las esquinas de esas catedrales o en los monumentos a próceres...(alguna ventaja ha de tener esto de ser perro)…y si no que le pregunten al borracho que hizo lo propio a los pies de la estatua ecuestre del dictador de turno…su meada acabó con sus huesos en la cárcel…(ya les digo que nunca acabaré de entender a los humanos)

Una tarde vino Justo y me dijo ¿te venís conmigo?

En el más genuino gesto canino, torciendo la cabeza y con un movimiento de orejas le pregunté ¿A dónde?

¡¡¡A recorrer Patagonia!!!

Abrí la boca, saqué media lengua y aspiré repetidas veces jadeando…¿Cuándo nos vamos?

YA MISMO…

Guau.

Continuará

Con cariño para Rufa, Patitas, Delfi y Petit y por extensión a todos los perro-as.

4 comentarios:

MentesSueltas dijo...

Increible, he vivido allí un rato, con tus letras.

Mi cariño desde Buenos Aires.
MentesSueltas

El Guanaco Volador dijo...

Patagonia me ayuda a tratar de mantener la Mente Suelta...¡¡¡cómo me gusta tu alias!!!

Gracias por la visita.

Matvi. dijo...

¿De dónde era el Europeo?

El Guanaco Volador dijo...

De Girona