miércoles, marzo 19, 2008


PATAGONIA - FLECHEAR

Yo flecheo, tu flecheas el flechea… este es un verbo de lo más patagón.

Para el que no sepa de qué va la cosa, flechear es una actividad practicada en Patagonia por los amantes de su historia. Consiste en salir al campo a buscar objetos del pasado aborigen.

Al principio uno tiene pensamientos encontrados, me explico:

Por una parte...
Es evidente que esta actividad supone la pérdida de la valiosa información que los sitios arqueológicos brindan a los estudiosos pero por otra parte esta actividad,(curiosamente), permite “conservar para los patagones” este ingente patrimonio arqueológico

Quiero dejar muy claro que no estoy defendiendo el saqueo,
Pero... creo que todos estos objetos están en buenas manos, protegidos de otro expolio mucho más peligroso. Mejor que estén en Patagonia que en casa de un gringo (En el libro de John Bell Hatcher Cazadores de Huesos en la Patagonia pueden comprobar como el patrimonio patagón se expoliaba ¡¡¡A BARCOS LLENOS!!!)

Fósiles, raspadores y puntas de flecha son objeto de culto por todos los patagones amantes de su tierra. Hay colecciones modestas pero también hay verdaderos “museos anónimos”


Esta esmerada y cuidadísima colección es la sublimación del “flechear” y su autor bien podría estar dentro de estas vitrinas ya que él mismo forma parte de la historia de Patagonia.
Gran aficionado y conocedor de su tierra, por su trabajo recorrió muchas “leguas” a caballo siempre atento para localizar chenques y lugares habituales donde los tehuelches paraban sus tolderías. Esta afición la heredó de su padre y con los años fue recogiendo esta extraordinaria colección, que para hacer las cosas bien (y por si las moscas) debería ser clasificada y catalogada según la Ley de Protección del Patrimonio Cultural y Paleontológico. Puede que no sea muy “ético” arqueológicamente hablando pero en el fondo este señor hace de celoso guardián de un patrimonio en peligro…

La segunda “exposición” de puntas de flecha que vimos, cuelga de las paredes del Belgrano en Perito Moreno. La familia Munnir la exhibe a los centenares de turistas que pasan por su casa. Desde el punto de vista “europeo” uno se pregunta ¿Y cómo es posible que esto esté en el comedor de un hotel?...

La primera aún fue más espectacular, fue uno de estos "museos anónimos" que, por palabra dada a su dueña no podemos mostrar. En mi vida había visto fósiles más hermosos, perfectos, una maravilla, al igual que la colección de objetos tehuelches...la misma pregunta rondaba por mi cabeza ¿Y cómo es posible...?

Pero con el tiempo uno va entendiendo y se va formando una opinión bastante diferente. Lo que a primera vista parece “expolio” acaba convirtiéndose en “coleccionismo conservacionista”. Otra cosa es lo que cuentan de la fachada de una casa decorada con troncos petrificados o el tipo que anda vendiendo fósiles y puntas de flecha.

Con los años hemos visitado más de un “museo” de este tipo y en más de una ocasión hemos visto las modestas colecciones de los patagones-as amantes del “Flechear”. Este pasado Noviembre en el Museo Mario Brozoski de Deseado visitamos la exposición de la extraordinaria colección Miksa-Knoop. Habia piezas a miles, se lo juro…algo impresionante.

En el folleto de dicha muestra hay un interesante fragmento de un texto de la Dra. Alicia Castro:

…Tampoco el coleccionista de objetos arqueológicos o las mismas colecciones que han sido conformadas no deben ser plenamente cuestionadas, máxime cuando, como sucede en muchos casos el proceso de colección se realiza desde el afecto, el sentimiento del valor del objeto por la idea de pertenencia…y esto es muy válido, aún tanto como el criterio científico que permite a un investigador apropiarse de este patrimonio de estudio


La amistad nos abrió las puertas de este “museo inexistente”

Quien nos introdujo en este “santuario” nos dijo que habíamos tenido mucha suerte ya que su dueño es reacio a mostrar su colección a desconocidos.
El señor nos recibió muy amablemente a pesar de que estaba a punto para marchar a la ciudad por una operación de cataratas. Fueron tan solo unos quince minutos, no queríamos molestar.

Si en una semana siguen por acá vuelvan con más tiempo, nos dijo al despedirnos.

Por desgracia esta segunda visita quedó pendiente, nos quedamos con las ganas de conocer más de su interesante vida...

Un motivo más para volver.

2 comentarios:

Pame Recetas dijo...

Pendiente, bien lo dices. Ya volverán.

Un sentimiento de nostalgia me recorre cuando veo esas flechas e instrumentos tan bien dispuestos, cuidados con cariño, sin ánimo de museo, pero con ese "algo" que tan bien has descrito.

Un gran abrazo

Richard dijo...

Lamentablemente la acción de "flechear" es un delito, solo por el hecho de que se interrumpe un estudio arqueológico. La Ley Nº 17.288 de monumentos nacionales y normas relacionadas lo define así. Pero nunca el organismo estatal ha considerado el valor que posee para la comunidad este tipo de patrimonio. La gente recurre a su necesidad y derecho de informarse de su pasado, sin la existencia de un museo o algo así, lo que termina en la extracción. Y están en lo bien, puesto a que el patrimonio es algo vivo, que las comunidades necesitan y utilizan. Es justificable entonces que la comunidad reaccione de esta manera, puesto que al informarse al estado sobre un sitio arqueológico, lo primero que se hace es hacer un estudio, o salvataje, (que no se informa obligatoriamente a la comunidad). Posteriormente el Consejo de Monumentos Nacionales (organización totalmente centralizada) distribuye el material al museo más cercano (con suerte), puesto que el destino final debe ser el museo de historia natural en Santiago, es decir, transforman algo totalmente tangible y de las comunidades, a algo totalmente intangible y de nadie, muchas veces guardado en una caja, o en un museo lejos de la gente que verdaderamente ama su patrimonio. Que se logra con esto: las comunidades siguen cayendo en delito, puesto a que entran en postura de protección de su patrimonio, y muchas veces identidad. Lo que resulta peor, es que estas colecciones se terminan perdiendo en el anonimato, y la misma comunidad pierde su patrimonio de esta forma. Es importante que los encargados de este patrimonio, no solo se preocupen de almacenarlo bien, si no que también de informarse respecto al mismo, educar, difundir, proteger y conservar, son sus tareas a la hora de asumir esa responsabilidad. He visto en las imágenes algunas puntas de flechas cola de pescado, te digo que son una de las más antiguas de américa, y corresponden al periodo Paleoindio cuando el hombre cazaba megafauna (13500 - 9000 años antes del presente). Ojalá los coleccionistas sean ordenados y cuidadosos con este material, pues tiene que durar mucho tiempo más. Eso te felicito por tu blog, muy bonita la patagonia. Saludos desde Los Vilos (IV región de Coquimbo) en donde actualmente no tenemos nada de nuestro patrimonio arqueológico, por el solo hecho de hacer las cosas como el estado lo dice.

Saludos Cordiales.