martes, marzo 14, 2006



Pinturas

Drake, Cavendish, Magoths...piratas para unos, héroes para otros... La gente que se movió durante años por allá mató indios, secuestró niños y empezó a practicar por primera vez “la guerra química” propagando la viruela y otras enfermedades. Siguieron siglos de movidas, de naufragios y malones.

En 1741 está documentado el naufragio de la fragata Wager en la Isla de Guayanescos (al Sur del Golfo de Penas) cerca de Tortel.



Cerca de Tortel

La Wager formaba parte de la escuadra que Inglaterra mandó para atacar Valdivia.

Al cabo de un tiempo las desavenencias dividieron al grupo de náufragos (entre los que se encontraba John Byron abuelo del poeta). Unos acabaron presos en Valparaíso hasta 1745, los otros decidieron volver por el Estrecho de Magallanes en una reconstruida goleta con los restos de la Wager.

Habían naufragado el 14 de mayo y este segundo grupo siete meses después doblaban el Cabo Vírgenes. Un dato significativo es que durante ese tiempo siempre contaron con la ayuda de los indios chonos.


Isla de los Pingüinos

Tras salir del estrecho, en tres días llegaron a La Isla de Los Pingüinos y Puerto Deseado donde hicieron provisión de carne de lobo marino. A los días reemprendieron la marcha, doblaron el Cabo Blanco y al poco tiempo la carne de lobo empezó a podrirse.



Alrededores de Cabo Blanco

Dice el cronista: “era necesario personas tan hambrientas como estábamos nosotros para avenirse a esos pescados semi podridos. Cualquier insecto, sin reparar el olor, lo comíamos, más, lo devorábamos, nos habíamos acostumbrado a la más repugnante inmundicia.

Las bajas eran constantes, entre ellas el racionero de lo cual el cronista se permitió ironizar al opinar que fue el primero de su rango en la Armada Real que murió de hambre. El relato continúa con la descripción de corpulentos perros que más adelante constituyeron un gran festín...

Hasta ahora hemos seguido las huellas dejadas en las costas patagónicas pero ¿y el interior?

Puede que la Trapananda o La Ciudad de los Césares fueran inventos para atraer a incautos pero lo cierto es que hasta finales del XVIII esta quimera movió numerosas expediciones.

Unos dicen que en 1528 el Capitán Francisco César regresó contando las maravillas que había descubierto.

Hay quien atribuye al naufragio en 1540 de Fray Francisco de la Rivera la leyenda de que sus supervivientes se internaron en el continente, se mezclaron con los indios y fundaron La Trapalanda o Ciudad de los Césares...otros dicen que fueron los mismísimos Incas.

Desde 1551 Alderete (que acabó loco) hasta los Ponce de León, Mascardi o ya más adelante en 1783 Fray Menendez o Villarino, la mayoría además de someter a los indios del Norte Patagón ya fuera con la cruz o con las armas, trataron de hallar la mítica ciudad.

A medida que el continente se iba conociendo...la posible ubicación de la Trapananda iba desplazándose sospechosamente hacia el Sur...más de una mentira se destapó...y sin ir más lejos hace cuatro días Chatwin hablaba de la zona del Paso Roballos como posible lugar donde se hubiera ubicado tal ciudad.



Paso Roballos

El Paisaje es sensacional y es fácil caer en la tentación de elucubrar...imagínense si además estás pasando un hambre atroz...

Los datos de esta entrega han sido recopilados de los siguientes libros:

Versiones de la Patagonia de Jorge Fondebrider
Vida Entre Patagones de Musters
Pequeña Historia Patagónica de Armando Braun Menendez
La Patagonia de Chatwin Adrián Gimenez Hutton

Ejercicio recomendado: Traten de ubicar en un Mapa los citados lugares e imagínense las vicisitudes relatadas

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