A eso de las tres de la tarde, Fernando embutido de pies a cabeza en un cortavientos naranja chillón nos invitó a seguirle hacia las quebradas. Les muestro algunas imágenes y les sugiero que vayan y oigan las explicaciones de Fernando que sin ser arqueólogo demuestra un conocimiento adquirido intuitivamente digno de admirar.
Para que vean su sentido del humor:
Para que vean su sentido del humor:
Un momento dado Fernando mientras encendía el enésimo cigarrillo dijo “síganme que les voy a poner a prueba” y nos hizo parar atención a un grupo de pinturas...¿A ver si saben distinguir cuales son las más antiguas?...Fernando no sabemos diganos usted...¡¡¡Coomo pero no ven...son esas, las pinté ayer por la mañana sabiendo que venían!!!...más tarde ironizó sobre la aparición de algunas Manos sospechosas en la Capilla Sixtina...la que visitamos los turistas I supose.
Durante el paseo entre las explicaciones de Fernando fuimos conversando con Glauco y Enrica en una mezcla de idiomas cual chimichurri lingüístico.
Ellos son la prueba de otro de aquellos matices del viajar que le comentaba al Profesor.Dice mucho de las personas el lugar en el que las has conocido...Glauco y Enrica era la primera vez que viajaban a Patagonia, no fueron al Perito, ni a Península Valdés, fueron a La Cueva de Las Manos y en la Telken les aconsejaron que visitaran La María, y allí tuvimos la suerte de coincidir.
Al día siguiente cenamos juntos en San Julián, nos ofrecieron bajar con ellos en su auto hasta Gallegos pero los tiempos no cuadraban...hemos intercambiado algunos mails y he de decir que fue un gusto conocerles en tan singular lugar.
Ellos son la prueba de otro de aquellos matices del viajar que le comentaba al Profesor.Dice mucho de las personas el lugar en el que las has conocido...Glauco y Enrica era la primera vez que viajaban a Patagonia, no fueron al Perito, ni a Península Valdés, fueron a La Cueva de Las Manos y en la Telken les aconsejaron que visitaran La María, y allí tuvimos la suerte de coincidir.
Al día siguiente cenamos juntos en San Julián, nos ofrecieron bajar con ellos en su auto hasta Gallegos pero los tiempos no cuadraban...hemos intercambiado algunos mails y he de decir que fue un gusto conocerles en tan singular lugar.
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