lunes, febrero 27, 2006


Guanaco Meditabundo

¿Qué sentido tiene tratar de descubrir qué fue primero el huevo o la gallina?...Y más si Colón anda merodeando por ahí cerca...

A continuación les contaré de uno con intención de “colonizar”, uno de esos que contribuyen a universalizar ciertos males. Les quiero contar de un “bolichero del siglo XXI” que andaba de “mala cara” en algún lugar de Patagonia.

Se nos había acabado la “plata nacional” y necesitábamos cambiar, preguntamos y nos indicaron...vayan a la tienda que anuncia “remate final”, el dueño suele hacer cambio...

Ubicamos la tienda, había bastante gente y mientras esperábamos nuestro turno comprobamos que el dueño no era un tipo precisamente amable...trataba igual de mal a los clientes que a sus empleadas.

Por la manera de dirigirse al personal se adivinaba su procedencia...al rato llegó nuestro turno...

Nos han dicho que aquí podemos cambiar plata.

“Si” respondió secamente

¿Acepta Euros?...

“NO, el cambio está demasiado alto y no me interesa comprar y el Dólar lo pago a tanto”... (muy por debajo, cosa que era de esperar)...era el único lugar donde cambiar así que le compramos lo estrictamente necesario.

Mientras sacaba un fajo de billetes del bolsillo al tiempo que le pegaba la bronca a una de las chicas que no encontraba lo que andaba buscando, preguntó...

¿Son ustedes...?...

Si... ¿y usted?... “yo soy de tal”...ya nos lo parecía por su acento, le contestamos.

No se si por ser más o menos vecinos, o porque ya nos había timado pasó del monosílabo al monólogo (lo cual para sus contertulios habituales debía ser peor).

Empezó a despotricar del país y sus gentes... “me engañaron...pero ya estoy harto, me voy...me vuelvo al Caribe”.

Dijo ¿Quieren saber porqué vine?...

Nos tenía intrigados y sin darnos tiempo a responder dijo “Síganme” mientras se dirigía al final de la abigarrada tienda.

Abre una puerta... “miren”...y nos muestra el plano de una urbanización. “Ven esto....esto ha sido mi ruina y me tiene aquí atrapado”

Continuó relatando el despropósito que había sido su “negocio”...el socio que le había convencido para venir a invertir lo había dejado con el culo al aire al fallarles los “soportes institucionales” que habrían permitido construir la citada urbanización (enorme para lo que es el pueblo).

Nosotros somos víctimas de la especulación urbanística que vive el nuestro, no fue precisamente simpatía lo que nos despertó su iniciativa y más al ver la idea que tenía...¡¡¡todo por la plata!!!...construir rápido (dándole igual mal que bien), hacer caja y volverse al Caribe...cosa por otra parte muy en boga en su país de “adopción”.

Nos marchamos de la tienda con la sensación de haber hablado con un tipo amargado...luego supimos algo más de el...algo que no contribuyó a mejorar nuestra opinión, aunque sí explicaba un poco mejor el porque de su “mala cara”.

El tipo había llegado años antes con bastante más pelo y acompañado de una guapa jovencita (decían que por la edad podría ser su hija).

Nos contaban que era “muy coqueto”, cosa que le había granjeado ciertas dudas entre la población... “me parece que este lo hace seguir todo” nos comentaron.

Permítanme un inciso, en una comunidad pequeña donde todos se conocen, donde los recelos pueden extenderse por generaciones, un desconocido lo tiene complicado y si además llega en plan prepotente...se lo van a comer vivo.

Y, sabido es que la chafardería de los lugareños de cualquier lugar del mundo puede llegar a ser muy cruel con según que comportamientos...lo cierto es que nuestro amigo iba siempre bien “tocado” y la novia hasta le hacía la manicura mientras esperaban que cayera “penny from heaven”.

Como supondrán, la chica se cansó de esperar y dejó al hombre compuesto, sin novia, con una alarmante coronilla y al frente de una tienda que desde el primer año tenía el cartel de “remate final” (había montado el negocio para que su chica estuviera entretenida, y por aquel entonces ya llevaba varios años rematando el negocio)

Me consta que ya soltero, acudía regularmente a la peluquería, compartía charla con las señoras que al final casi le habían tomado aprecio (dije casi).

Nos contaban del color que se daba para enmascarar los “glaciares” de su pelo, del trabajo de la peluquera para “tapar” las estepas de su coronilla...suscitando el comentario jocoso... “a este la mina lo dejó con un palmo de narices y le dijo”...

¡¡¡Que te peine la peluquera!!!

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