martes, febrero 28, 2006



Montañas coronadas por esbeltas agujas, peinetas, chimeneas finísimas que nos dicen que el hielo antes “llegaba allá arriba”...

Ver las Torres y los Cuernos del Paine, esculturas...el Fitz y el Torre, tótems legado de otras eras

Ver como una montaña se desplomó como un castillo de naipes, como el hielo se abre paso pacientemente entre montañas, algunas de ellas con cicatrices enormes cual herida provocadas por un facón gigantesco...

Ver como en su retroceso los sedimentos depositados son colonizados por el bosque nativo...
Nuestro vuelo nos permite ver tal y como rezaba un cartel en casa de Clery Evans...la naturaleza trabajando

Acabaremos nuestro vuelo buscando un rincón donde poder descansar nuestros doloridos ojos de tanta monumental belleza. Vamos a tratar de “no molestar” y dejar que la naturaleza siga su camino, al menos en Patagonia aún hay muchos sitios en los que todavía es posible.

Nota: Si quieren ampliar información, Los Cuadernos Patagónicos publicados en la página de Tecpetrol son muy completos. Reiterar también que La Patagonia Blanca de Germán Sopeña es otra lectura recomendable.

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